Como es bien sabido aunque frecuentemente ignorado, la práctica artística contribuye a despertar y desarrollar aspectos que aun siendo inherentes a la esencia del ser humano, sus lados más poético e intuitivo, no son estimulados por los actuales sistemas educativos ni por nuestra cultura en general.

Hoy día las escuelas de artes y oficios permiten acercar el arte a sectores de la población que no pueden acceder a este tipo de enseñanzas por ser las existentes de carácter reglado. Aunque el fin social de nuestra escuela es importante también es cierto que la formación recibida permite a algunos de nuestros alumnos acceder a los ciclos formativos de las escuelas de arte, a las facultades de Bellas Artes o a continuar por una vía de carácter más autodidacta.

Uno de los objetivos fundamentales de nuestro centro es el inicio en la práctica del dibujo y la pintura del natural. Este principio clásico nos permite transmitir los conceptos fundamentales de la representación bidimensional sensibilizando a nuestro alumnado a percibir de una manera nueva tanto su entorno como a sí mismo. La conocida expresión “aprender a mirar” es el pilar de nuestro quehacer cotidiano. Asimismo la experimentación y el contacto con estilos más modernos nos permiten alejarnos del academicismo y transmitir que el hecho artístico, además de técnica y oficio es lenguaje y cultura, expresión y comunicación.

Pero probablemente uno de las aportaciones más importantes de nuestro centro sea la de dar a conocer de una manera práctica, ideas eternas y universales que amplían el sentido de la belleza y no sólo para aquello referido al orden de la estética.

Conceptos como proporción o simetría, forma, estructura, color, luz y sombra… que tan imprescindibles resultan para la elaboración de una imagen, predisponen la sensibilidad y el espíritu hacia la armonía entendiéndola como una relación de fuerzas dinámica y viva y no como un constructo cerrado y estanco.

Quisiéramos también destacar cómo de un tiempo a esta parte observamos en el sector más joven de nuestro alumnado un creciente interés por nuestro enfoque didáctico. Estas generaciones formadas plenamente en la tecnología descubren como la práctica artística también posibilita la expresión individual de modo que comprenden como ambos campos pueden muy bien complementarse…

Nuestra sociedad, inmersa y deslumbrada por la tecnología, ha relegado erróneamente el pensamiento no verbal a un plano secundario… Sin embargo ya hace más de un siglo que la psicología de la percepción habló del concepto de totalidad como algo consustancial a la obra de arte por serlo para el ser humano.

El contacto con el arte puede contribuir a descubrir aspectos de nuestro ser que nos permiten vivenciarnos de una manera más integrada y plena, más consciente, respetuosa y libre. La excesiva racionalidad y el alto grado de especialización, entre otros aspectos, de nuestros actuales modos de vida nos dirigen más hacía la fragmentación y la dualidad que hacia la armonía interior.

Cuando una composición musical nos estremece, una lectura nos cautiva o una pintura nos inquieta o alegra, constatamos como dice el pensador Edgar Morin, jugando con la conocida expresión de Marx que, “El arte es el opio que abre los ojos” y no algo que nos evade de lo real alejándonos de un sentido más profundo y bello de la existencia.

Sabemos que la aportación de nuestra escuela es como un granito de arena… Pero señor concejal aunque en ocasiones nos invade el desánimo, no vamos a negarlo, pensamos que la educación es un bien común por el que merece la pena continuar trabajando…

Amaya Aranguren Arrieta.

Discurso para la inauguración de la exposición “Alumnos de la Escuela Municipal de Artes y Oficios Catalina de Oscáriz 2014”.